Reforma de la inmigración: Perspectivas para la próxima Administración

A medida que Estados Unidos se acerca a la investidura de 2025, los próximos años marcarán profundamente el futuro de la política de inmigración y su paisaje asociado. Las políticas aplicadas durante la primera administración Trump (2016-2020) pusieron de relieve la naturaleza altamente polarizada del discurso sobre la inmigración en Estados Unidos, estableciendo fuertes contrastes entre los enfoques de la seguridad fronteriza, las vías de inmigración legal, la admisión de refugiados y el tratamiento de los inmigrantes indocumentados. Es probable que el próximo gobierno tenga una oportunidad única para desarrollar, modificar o reformar por completo estas políticas, lo que influirá en la vida de millones de personas y en el tejido demográfico, económico y social del país.

 

Potencial de la reforma de la inmigración

 

Una de las áreas más apremiantes para la nueva administración en 2025 será la posible reforma integral de la inmigración. Durante décadas, la inmigración ha sido un tema polémico, con varios intentos de reforma que a menudo se estancan en el Congreso. Un paquete de reformas podría abordar varios aspectos críticos, como vías para la ciudadanía de los inmigrantes indocumentados, cambios en las vías de inmigración legal y reconsideración de las prácticas de deportación.

 

Caminos hacia la ciudadanía

 

La administración entrante debería dar prioridad a la creación de vías hacia la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en EE.UU. Los detalles de un programa de este tipo deberían incluir disposiciones como la comprobación de antecedentes, el pago de una multa o de tasas gubernamentales adicionales, y la enseñanza de Historia y Cívica americanas como requisitos de quienes aspiran a la ciudadanía estadounidense. El enfoque de la administración anterior en la aplicación de la ley a menudo dejaba a esta población vulnerable, engendrando miedo e incertidumbre. Según un informe de 2021 del Centro de Investigación Pew, la inmensa mayoría de los estadounidenses apoya que se ofrezca a los inmigrantes indocumentados la posibilidad de obtener un estatus legal. Si la nueva administración sigue adelante con sus afirmaciones de deportar a millones de personas, probablemente será un proceso complejo y enrevesado. La postura estricta de deportar a todos los indocumentados podría incluir a un grupo de personas despojadas de protecciones temporales como el estatus de protección temporal, la libertad condicional humanitaria y la acción diferida. Si bien estas personas pueden tener autorización de trabajo y posibles vías hacia la ciudadanía. El papeleo burocrático, los desafíos legales y la posible finalización de las protecciones pueden acabar con cualquier esperanza de residencia legal permanente ("tarjeta verde") para estas personas. Es de esperar que unas conversaciones sanas entre los representantes del Congreso puedan fomentar un plan para implantar una vía hacia la ciudadanía en la que estas personas y el país puedan beneficiarse de sus contribuciones.

 

Dreamers y la situación de DACA

 

El destino de las personas protegidas por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) también será fundamental. La administración de regreso ya trató de poner fin al programa, pero los desafíos legales pendientes en los tribunales federales lo han dejado en su último aliento. El fin de esta protección podría suponer un aumento de un sistema judicial de inmigración ya inundado con millones de casos a la espera de ser atendidos por jueces de inmigración. Adultos sin estatus que han sido miembros productivos de la sociedad con familia y que se acercan a la mediana edad podrían ver sus vidas trastocadas al ser puestos en proceso de deportación y enviados de vuelta a un país de origen en el que no han vivido desde que muchos de ellos estaban en edad escolar. Algunos debates buscan consolidar las protecciones para los "Dreamers", ofreciendo residencia permanente o vías para la ciudadanía. Los defensores argumentan que los "Dreamers" contribuyen significativamente a la economía y la cultura de Estados Unidos, lo que justifica su inclusión en la estrategia de inmigración a largo plazo. La administración entrante podría consolidar las protecciones para los titulares de DACA con la ayuda del Congreso para permitirles un camino hacia la residencia permanente y, finalmente, la ciudadanía.

 

Reevaluación de la seguridad fronteriza

 

Aunque la aplicación de las leyes de inmigración sigue siendo un tema polémico, la administración actual ha reducido significativamente el tráfico que atraviesa la frontera entre Estados Unidos y México con la estricta aplicación de políticas como la Norma Final sobre la Elusión de Vías Legales. En mayo de 2023, la norma estableció que los no ciudadanos que cruzan la frontera terrestre del suroeste o las fronteras costeras adyacentes sin autorización después de viajar a través de otro país, y sin (1) haberse acogido a un proceso legal existente, (2) haberse presentado en un puerto de entrada a una hora preestablecida utilizando la aplicación CBP One, o (3) haber sido denegado el asilo en un tercer país a través del cual viajaron, se presume que no son elegibles para el asilo a menos que cumplan ciertas excepciones limitadas.

 

Puede ser prudente adoptar un enfoque más equilibrado de la seguridad fronteriza, haciendo hincapié tanto en la seguridad como en las consideraciones humanitarias. Las estrategias empleadas bajo la administración entrante de Trump, caracterizadas por barreras físicas y prácticas de deportación agresivas podrían llevar a la separación de familias en la frontera, provocando una condena generalizada y desafíos legales.

 

Actualizaciones tecnológicas y de infraestructuras

 

En mayo de 2024, se rechazó un proyecto de ley integral que abordaba la seguridad fronteriza y las políticas generales de inmigración. En lugar de centrarse en gran medida en las barreras físicas, el proyecto de ley pretendía utilizar la tecnología para mejorar la seguridad fronteriza. Las inversiones en tecnologías de vigilancia, como drones y sensores avanzados, facilitan una vigilancia más eficaz sin las controversias asociadas a la construcción de muros. Lamentablemente, esta estrategia integral fue rechazada. La nueva administración debería colaborar con los países vecinos para abordar los problemas subyacentes que impulsan la migración, señalando un pivote hacia el compromiso diplomático en lugar de medidas exclusivamente disuasorias.

 

Centrarse en los procesos de asilo

 

Un área clave para la reforma es el proceso de asilo, que se ha enfrentado a críticas por ser lento e ineficiente. Trump ha demostrado poco interés en dar prioridad a este proceso para garantizar que las personas que huyen de la violencia y la persecución puedan encontrar refugio más rápidamente. Sin embargo, al abordar los factores que contribuyen al retraso en las solicitudes de asilo, el gobierno podría restaurar la fe en el sistema y demostrar su compromiso con la protección de las poblaciones vulnerables.

 

Admisión de refugiados e iniciativas humanitarias

 

La administración Trump redujo significativamente las admisiones de refugiados, citando preocupaciones de seguridad y priorizando los intereses internos. Esto supuso un marcado alejamiento de las normas históricas, en las que Estados Unidos ha servido a menudo de refugio para quienes huían de la persecución y los conflictos desde la Segunda Guerra Mundial.

 

Inversión en programas de integración

 

Además, la nueva administración debería invertir en programas de integración comunitaria que ayuden a los refugiados a aclimatarse a su nuevo entorno. Los programas que ofrecen formación lingüística, servicios de colocación laboral y orientación cultural pueden ayudar significativamente en el proceso de reasentamiento, fomentando relaciones positivas entre los inmigrantes y las comunidades locales.

 

Afrontar los retos sistémicos de la política de inmigración

 

El próximo gobierno heredará una compleja serie de retos sistémicos acumulados durante décadas de política de inmigración incoherente. Para hacer frente a estos retos se requiere un compromiso reflexivo con las distintas partes interesadas, incluidos los grupos de defensa, los inmigrantes, los expertos jurídicos y las comunidades locales.

 

Reformas judiciales y legislativas

 

Reformar el sistema judicial de inmigración debe ser una prioridad. A diferencia de los tribunales federales, los tribunales de inmigración dependen del Departamento de Justicia del poder ejecutivo. Con millones de casos atrasados, los tribunales de inmigración se enfrentan a una gran presión. La posibilidad de que se añadan más casos a ese retraso podría ir en contra del objetivo general de la administración entrante. Las garantías procesales permiten a cualquier persona en estos procedimientos buscar asesoramiento jurídico y presentar su demanda ante el tribunal. Un caso de expulsión puede tardar una media de cinco años o más desde que se inicia hasta que se toma una decisión. Quizá habría que centrarse en aumentar el número de jueces de inmigración y proporcionar recursos adicionales para agilizar la tramitación de los casos, reduciendo así los tiempos de espera de los inmigrantes. Esto sólo podría ocurrir con la bendición del Congreso.

 

Desde el punto de vista legislativo, el próximo gobierno también podría explorar nuevas vías de reforma. Involucrar a ambos partidos en conversaciones sobre soluciones pragmáticas podría fomentar un enfoque bipartidista de la inmigración, un esfuerzo que ha eludido a administraciones anteriores. El énfasis se pondría en la elaboración de una legislación que combine las preocupaciones de seguridad, económicas y humanitarias.

 

Sistemas de apoyo comunitarios

 

Las organizaciones comunitarias han demostrado ser cruciales a la hora de proporcionar apoyo y recursos a los inmigrantes. Una futura administración podría ampliar las subvenciones y oportunidades de financiación a las organizaciones locales que ayudan a los recién llegados a desenvolverse en sistemas complejos, conseguir empleo e integrarse en la sociedad. Conectando a los inmigrantes con las comunidades se puede desarrollar una relación bidireccional que fomente la confianza y el entendimiento.

 

Consideración de las repercusiones económicas

 

Desde el punto de vista económico, la inmigración desempeña un papel vital en el crecimiento y la sostenibilidad de la mano de obra de Estados Unidos. El próximo gobierno debe reconocer la contribución económica de los inmigrantes, que desempeñan funciones cruciales en diversos sectores, como la sanidad, la agricultura y la tecnología.

 

Necesidades de mano de obra y adecuación de las cualificaciones

 

A medida que evoluciona la economía estadounidense, es esencial ajustar las políticas de inmigración a las necesidades del mercado laboral. El próximo gobierno podría considerar la creación de categorías de visados flexibles que permitan a los trabajadores temporales cubrir la escasez de mano de obra en sectores críticos. Adecuar las cualificaciones de los trabajadores a las demandas del mercado podría convertirse en un principio central de la reforma, beneficiando tanto a la economía como a los inmigrantes que buscan empleo. Además, aumentar las cuotas numéricas por año fiscal podría ayudar a satisfacer las necesidades de los empresarios.

 

Inversión en STEM y trabajadores altamente cualificados

 

El fomento de la inmigración altamente cualificada, especialmente en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM), representa otro punto central. Estados Unidos se beneficia significativamente de las contribuciones del talento internacional en estas áreas. La próxima administración puede explorar vías que faciliten la obtención de visados basados en el empleo para trabajadores cualificados, fomentando la innovación y manteniendo la ventaja competitiva del país en una economía global.

 

Conclusiones: Un camino hacia adelante

 

A medida que se acerca la investidura presidencial, el camino a seguir en política de inmigración dependerá en gran medida de los valores y prioridades de la administración entrante. El próximo presidente tendrá la oportunidad de rectificar las consecuencias de las políticas anteriores, abordando al mismo tiempo las complejidades del sistema de inmigración estadounidense. 

 

La clave de este esfuerzo será el equilibrio entre la seguridad, la prosperidad económica y las obligaciones humanitarias. Al considerar un enfoque integral que implique la colaboración con las partes interesadas, fomentando el apoyo de la comunidad y abordando los retos sistémicos, una nueva administración podría sentar las bases de una política de inmigración que refleje los valores fundamentales del país: compasión, diversidad y oportunidad.

 

Nota: Este artículo pretende ofrecer una visión general del tema de la inmigración en Estados Unidos. No pretende ser un análisis exhaustivo de todos los aspectos de la política de inmigración y su impacto en la sociedad.

 
 
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